Aunque el nombre suene poco prometedor, el lago Titicaca es una de las cosas más lindas del mundo. A 4000 metros sobre el nivel del mar el agua helada te las pone chiquititas. Sobre esta maravilla está Copacabana, un pueblo mítico para el viajero y para los locales que caen a pasear y comer truchas.
En el camino, la Cordillera Real y las orillas del lago.
El estrecho de Tiquina, todos abajo porque hay que cruzar el bus en una barca.
A los pasajeros les toca cruzar en lancha.
Gringa que no la puede creer...
Del agua azul sale a lo lejos el Illimani que nace abajo por un efecto visual y no tanto.
Del otro lado hay una asamblea, kiski kajta llampu "gobierno" sapujtallanta...
Llegado con hambre me mando al comedor del mercado.
Doña que vende coca.
Mamita con pasankallas o tutukas o maíz inflado. Vienen de todas partes a comprar.
El mercado y de fondo el templo de Copacabana.
La entrada de la iglesia llena de autos, camiones y minibuses esperando la bendición.
Los curas salen con sus baldes de agua bendita para "challar" las movilidades en un claro acto sincrético.
Mamitas pidiendo en la explanada.
Prendiéndole velas.
Misa con coro y banda aymara.
Bajando por la 6 de Agosto aparece el lago.
En la costanera un lugar ideal para disfrutar el sol y una cervecita.
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Los gringos aprovechan las bendiciones del tata inti.
El lago y sus embarcaciones.
Fin de semana en Copa, la gente pasea por la costanera.
Cae el sol. Un espectáculo diferente cada día.
Gringo aferrado a su Lonli Planet.
El boom de la gastronomía turística. Todos los restoranes venden el mismo menú, pero este es diferente...el vegetarianismo andino tiene sus cosas.
El fulbito mixto, una institución del pueblo.
En la horca del Inca, un observador astronómico nombrado por gente que solo podía ver crueldad y castigo. Junto a ésta una formación rocosa con cara de local.
Mamita vendiendo jugo de mocochinche en la plaza.
Niños en lápiz.
A subir todo al minibus que nos vamos pa Perú.
Amanece en el Titicaca para los pescadores.
No hay terapia mejor que una temporada en Copacabana, recibiendo ese solazo y respirando el aire fresco y puro.
Apéndice.
Viajando por Bolivia (y tantos otros países)
Picnic en el asiento de al lado. Una familia con su guagua compra una vianda de charque, chuño y mote con su ensalada. El colectivo se va llenando de aromas para encarar un largo y sinuoso viaje.
Parada en algún lado, la gente baja papel higiénico en mano. La cultura de lo escatológico, mucho pis en la calle, mucho papel rosa dando vueltas.
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